Los trujillanos entrenaron por última vez al aire libre causando la sorpresa de los transeúntes. Un buen relajo previo al partido ante León
Saulo Aponte caminando junto a Pedro Requena y dos compañeros más; Demus y Ugaz conversan. Por allá Ferreyra y Cazulo se enfrascan en una charla entretenida de política ante la mirada de Muente y De Castro; y en el medio del parque, sentado está el “Chino” Rivera junto a su comando técnico y un par de dirigentes.
Sí, Vallejo está en un parque. Entrenó en un parque. Una iniciativa de los preparadores físicos Héctor Velásquez y Edder Benites no solo para darle un ambiente más natural y urbano al plantel poeta, sino también para acercarlo a la gente, al trujillano que camina por las calles, a ese hincha que aún no es hincha de Vallejo.
Muchos curiosos que atravesaban el parque ‘César Vallejo’ (casualidades de la vida) más conocido como el ‘Parque Grande’ de la urbanización California en Trujillo, se quedaron quietos tirando esa clásica mirada de asombro hacia quienes uno suele ver por tele o en los diarios, pero no en la calle. “¿Ese es Ferreyra, no?”, preguntaba a Depor un tipo de unos 30 años cuando vio pasar al ‘Canguro’.
“Yo conozco a ese moreno (el ‘Vagón’ Hurtado), es el papá de un chiquito del colegio”, nos dice una señora poco antes de cruzarse con el colocho. Y ambos se saludan. Es que es la calle. La única diferencia era que los jugadores estaban todos uniformados de amarillo, sorprendiendo en el parque.
En una banca aparece la familia de Juan Pablo Vergara venida desde Lima. Se encuentra a unos quince metros de donde practica el futbolista. “Hemos venido de visita porque ha sido el cumpleaños de Juan Pablo el 24 de febrero”, dice Zoila, su madre. “Ojalá que haga un gol mañana (ante León). Todos vamos a estar en el estadio”, añade su hermano Atilio.
Luego los Vergara piden una foto. El entrenamiento ya acabó. Juan Pablo se les une para la placa. Los Vergara insisten y llaman al ‘Chino’ Rivera para otra foto. Va el ‘Chino’ cordial como siempre. Hasta que la familia no se rinde y pide a todo el grupo de jugadores para la foto definitiva… El técnico los llama y sorprende a algunos firmando autógrafos.
Entonces el plantel completo con la familia Vergara posa, ríe, pero no hay quién tome… Ven que este corresponsal está registrando todo para Depor y le alcanzan la cámara para hacer la foto… En ese momento el parque se vuelve más poeta que nunca: todos sonríen y es un gran ambiente. Después, el equipo sube al bus. Hoy es el partido ante León. Pero hubo relajo, bonito relajo.
Fuente: DEPOR
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